Los días van pasando de casilla en casilla. A veces nos quedamos un ratito más en algún punto, pero siempre regresamos al inicio.
Viajes de ida y vuelta, y emociones más intensas en llegadas, paradas, salidas...quizás son los años, quizás ley de vida, pero con alegría.
Que en realidad vengo a escribir, después de largo tiempo, un pequeño cuento sobre las etapas, las capas y nosotros.
Porque no hemos venido aquí a hacer una sola cosa, ni tenemos un destino, ni somos expertos, ni especialistas. Somos todo eso, en experiencia. Y entre tanto nos apasionamos, y las vivencias nos llevan a entender que hay muchos momentos y múltiples capas que se superponen, que superas...y páginas que pasas. A veces por necesidad, salud, locura, inquietud, porque quieres o porque crees que es lo mejor. Porque las capas siempre están relacionadas, tú las hilas.
Aquí se ha tejido una capa larga en la que el arte es una bobina sin fin. Y prosigue. Del objeto al campo, del campo a la gente, de la gente al hacer "entre todas". De una historia del arte, a un intervenirla, a un conservarla, a un trabajar su entorno social y ahora a dejar pasar una capa, la de los objetos y las cosas, para cuidar(nos).
Este verano también viajé a Galicia para entregar las páginas de esta e-tapa, y aquí dejo una mínima parte, resumida en 70 hojas impuestas por el sistema educativo europeo que nos obliga (para seguir capeando) a examinarnos después de 10 años de experiencia y titulación (maldita titulitis). Aunque a veces hay quien facilita el camino y es posible, no sin esfuerzo. Gracias Sonia Seco, Claudia García y Escuela de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Galicia.
Gracias madre Marisol, Romy, Mariña y Llorenç por ser pacientes.
Por si a alguien le interesa, aquí comparto para lo que haga falta libremente, en código abierto y para lo que sirva (recorte, remezcla, reuso...), el Trabajo de Fin de Grado (TFE) que presenté este 13 de julio.
TFE |
Póster |
Y esta capa se solapó a otra que continúa viva y que pronto reaviva las acciones en el Barrio de Santiago de la ciudad de Mérida, Yucatán. Y en el ir y venir, habrá sorpresas y mucha buena gente, y cariño.
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