"Una persona y un espray frente a las modernas técnicas de marketing competían por la atención de la gente cada día. Con ese armamento pesado consiguió una enorme campaña de difusión de sí mismo, hasta el punto de que una empresa comercial quisiera comprarle la firma, a lo que él se negó, porque era como venderse a sí mismo. Tan sólo cedió su imagen en una ocasión, a una marca de whisky, y con el dinero compró gran cantidad de material para poder seguir pintando. "
para revista de Cultura Contemporánea ORIGAMA
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